viernes, 24 de agosto de 2012

¡Hemos terminado!

Siento decírtelo, y más en esta situación y en este determinado momento...pero...¡hemos terminado!.
Sé con certeza que un escalofrío recorrió todo tu cuerpo al escuchar esas dos palabras que salieron de mi boca en aquella noche, pero yo no soportaba más la situación que ambos teníamos, yo te quería, te amaba...pero seguir así no servía de nada, puesto que tú estabas indeciso, no tenías claras tus ideas y tampoco tu futuro.
Por mucho que me doliese en el alma, esa frase era la correcta en ese día, a pesar de que estuvieses pasando por un mal momento, quería ayudarte de una forma diferente a la que hasta ahora estaba haciéndolo, más que nada porque yo misma no quería dañarme y ofender mis sentimientos.
Quizás desde ese entonces me guardas un poco de rencor, incluso si me cruzo en tu camino si quiera me dirijas el habla...pero poco me importa, fue mi decisión.
Además de esa mención tan dura que tanto significó para mí, no fueron mis últimas palabras al despedirte..."siempre estaré ahí para todo lo que te haga falta", ese fue con claridad mi último deseo.
Aunque ahora ni hablamos, a pesar de que ni si quiera nos llamamos, y por mucho que haya pasado el tiempo, esa frase quedará en el recuerdo y la mantendré en pie pase el tiempo que pase... "siempre estaré ahí para todo lo que te haga falta", aunque en tu memoria quedase marcado el "¡Hemos terminado!"



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...