sábado, 29 de junio de 2013

Muerta en vida (pequeño relato)

Desierto, absolutamente todo, con cada paso que iba dando hacia el horizonte, hacia el sitio exacto en el cual siempre me encontraba; ya que era mi lugar de descanso, mi rincón secreto para encontrar mi paz interior cuando era adolescente, me podía ir percatando qué había cambiado, que no era lo mismo, que claramente aquello ya no era ciudad con algo de césped por alguna esquina, sino que lo que antes eran avenidas, ahora estaban habitadas de ramajes, hojas secas y a todos lados, escaseaba el verde.

Me encontraba totalmente sola y malherida, había dejado atrás a mi familia en busca de sueños hacía ya varios años, y cuando apenas 365 días habían pasado por mí, dejé de saber de ellos.
Miraba en algún que otro portal de casas en las que antes vivían mis amigos, compañeros de clase o algún que otro confidente, pero no hallé nada, ni tan siquiera las puertas se atinaban cerradas, todo estaba destrozado, ni las fotos que demolidas estaban por el suelo arenoso,  podían apreciarse con certeza las caras que anunciaban.

Seguí avanzando perpleja, también aquel caos había llegado hasta allí, aquel extraño suceso que había abatido la gran ciudad de Londres había llegado hasta mi hogar, aunque en ocasiones no la consideraba así, seguía siendo el lugar en el que me había criado, allí donde había crecido.

De cierta forma, se puede decir que tuve suerte, demasiada diría yo, puesto que gracias a aquel barco fantasma en el que pude embarcar, llegué hasta donde ahora mismo me encuentro, en el que pude observar que tampoco se hallaba vida.
¿Qué por qué digo barco fantasma? Supongo que no me he explicado del todo bien, aquel crucero tan enorme estaba igual de deshabitado que todo lo demás, misterio por todos lados.
¿Qué por qué subí allí si se encontraba tan solitario? Debió ser porque estaba muy aturdida y deseaba con ansiedad irme lejos del que había sido mi hogar nueve largos años, debido al suceso ocurrido hacía apenas tres escasas horas.


Me derrumbé en el suelo, estaba agotada, gotas de agua salada asomaron por mis ojos, pues era del todo claro que me encontraba abatida, sin comunicación, y por tanto, sin vida alguna. En ese momento se puede decir que descubrí el significado de la frase “muerta en vida”.

lunes, 24 de junio de 2013

San Juan

Y cuando la luna más brillante está, tú no te encuentras a mi vera para presenciarlo. Es entonces cuando un deseo que brota de mi interior te otorga forma y tras mostrar mi piel húmeda en el salado mar y poner en riesgo mi vida a base de saltos jugando con fuego, cruzo los dedos para que ese mi deseo se cumpla; simplemente para que tú puedas observar conmigo la hermosa luna que a tu lado más brillo ofrece, pues un te quiero unido a tus ojos ya cumplen mi mayor deseo... el tenerte.








domingo, 23 de junio de 2013

Amores perdidos

Mis ojos hoy lloran tu partida, y en mi ventana ya no se escuchan los pájaros piar, se marcharon con tu sonrisa, ya no volveré a verla jamás.
Mi boca grita tu nombre, pues hace tiempo que se quedó callada sin más.
La puerta ya no se abre mostrando tu presencia, y ante mis ojos atónitos no te encuentras ya, clara como el agua cristalina y fría como aquella otra del mar, así eran tus ojos penetrantes, azules y fáciles de admirar.
Tu rostro serio ya no aparece, tu mirada no se centra ya en mi caminar, parecía que navegabas a la deriva, como un barco de vela viaja en el profundo océano, dejándote observar.
Y yo ahora sostengo el aire, en mis pulmones no es oxígeno lo que entra ya, pues quietos se hallan en la penumbra, parecía que la muerte llegaba a mí sin pensar... pero mi mirada seguía siendo de miedo, tristeza, ojos fríos de hielo.
Y en este momento cuento hasta diez, paralizándose todo a mi alrededor, sintiendo como hierve mi corazón a fuego lento, no quiere la presencia de otro nuevo amor; la llamada al interior es siniestra y a la vez caprichosa, pues siente tu llegada aunque realmente no estás.
Simplemente dame tu mano en la distancia, hazte sentir en la soledad de mi andar, quiero rozar nuevamente tus dedos, sentir tu calor en la tempestad.
Ahora lo entiendo todo, y que mala suerte que siempre se muestre dicho entendimiento cuando ya el tiempo pasó, es increíble como pienso que el mundo se me cae encima por alguna situación. Ojalá que cuando pase el tiempo una sonrisa marque mi rostro una vez más, quizás porque aquello que transcurrió se vea como una simple tontería, sólo una historia más de amores perdidos. 





miércoles, 19 de junio de 2013

Una vida sin final

Quiero hacer de nuestra historia, una vida sin final... una vida en la que todo fuera tan fácil como respirar y al mismo tiempo tan sencillo como el propio caminar; que simplemente fuera soñar, pero que dicho sueño quede recordado siempre, hasta incluso cuando el tiempo pasa.












domingo, 9 de junio de 2013

Esa niña caprichosa

Hoy quiero ser yo esa niña caprichosa... la que con furia busca tu boca a descaro y jamás acepta un no por respuesta.

Hoy quiero ser yo esa niña caprichosa... la que a base de pataletas consigue tus "te quiero".

Hoy quiero ser yo esa niña caprichosa... la que sin descanso y mostrando continuos pucheros pide y pide, esperando tus caricias.

Hoy quiero ser yo esa niña caprichosa... la que sin tú querer, acabas cayendo en sus redes, haciendo lo que siempre ella dice.

Hoy quiero ser yo esa niña caprichosa... la que cruzada de brazos llora, la que sin salida busca un abismo infinito en paraíso. 

Simplemente, hoy quiero ser yo esa niña caprichosa, pues quiero que siempre digas sí a mis súplicas, que digas sí a mis intentos de comerte a besos, que digas sí a mis abrazos, y por una vez ser yo esa niña caprichosa.




jueves, 6 de junio de 2013

Otra vez más

Hoy desperté más temprano y a mi lado pude observar la calidez de tu rostro en tus mejillas rosadas, que acompañaba el compás de tu suave respirar que de niño parecía.
Tus labios también acompasaban el color, y con ansias mi ser intentaba volver a besarlos, pero tu inocencia cuando dormías me lo impidió, preferí que siguieses dormido a mi vera.
Me giré hacia el otro lado de la cama, pues tu belleza me deslumbraba hasta incluso más de lo que el sol podía hacerlo, me acomodé mucho más de lo que ya estaba, y me acostumbré a la claridad que por la ventana entraba.
Una vez más, observaste que te daba la espalda, y sin pensártelo y haciéndote aún el dormido me acurrucaste, a su misma vez provocando una sonrisa en mis labios, marcando mis comisuras... suspiré... pues nada mejor que despertar contigo otra vez más. 

Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...