jueves, 28 de marzo de 2013

Te busco

Te busco en cada foto enmarcada en un pequeño recoveco de la habitación, siendo desdichada la búsqueda, pues ya las imágenes quedaron borradas en mi alma, aunque en material aún se encuentren postradas.
Te busco en cada paso que doy y no das conmigo, cada vez que río y no se encuentra tu risa para acompañarme, cada vez que lloro en silencio y no caen lágrimas a la par de tus ojos, llevando un curioso compás acogedor.
Después de buscar en mil y una parte de mi corazón desecho, decido buscarte en la estantería del recuerdo, pues tras mucho pensar y tras mucho buscar...observo callada y triste que ya sólo eres eso... recuerdo.






lunes, 11 de marzo de 2013

Sonríe, le decía.

- Sonríe -  le decía... 
- Eres demasiado bonita para poner en tu cara un signo de tristeza y manchar con delicadeza tu rostro de lágrimas amargas que no se sabe cuando se volverán a secar - 

- Sonríe - le decía...
- Pues el único ser al que más en el mundo aprecio debe ser feliz siempre...los días pasan y cuando sea tarde habrás desaprovechado el instante de mostrar tu blanca y rectilínea dentadura - 

- Sonríe - le decía...
- Ya que tus manos son aún de niña y les quedan mucho por recorrer, muchas caras que acariciar y muchos chicos a los que abrazar y ofrecer sentimientos, como conmigo en estos cortos meses has hecho - 

- Sonríe - le decía...
- La vida es larga y sólo en tu poder está el vivir a desgana o disfrutar de los años - 

- Sonríe - le decía...
- Tu figura de mujer muestran esas curvas que, a pesar de mi osadía, deben hacerse respetar en el tiempo - 

- Sonríe - le decía...
- Pues todo lo que ahora comentas con fuerza que me quieres y deseas a tu lado se irán conforme las horas pasen, convirtiéndose el amar en un recuerdo - 

- Sonríe - le decía...
- Ya te avisé de lo que pasaría, mi alma es libre, mi espalda tiene alas y aunque mucho cariño te tenga, no será él quién me retenga entre tus brazos - 

- Sonríe - le decía...
- Es cierto que fui yo quién descubrí tu desnudez, fui yo la persona que quizás más daño te esté haciendo comentándote estas palabras, pero también soy yo el idiota que te está dejando ir...y puede ser, probablemente me arrepiente... pero en estos instantes pienso así...- 

- Sonríe - le decía...
- Pues tan sólo soy un hombre, y los hombres no se merecen las lágrimas de una mujer.



sábado, 9 de marzo de 2013

Significado

Abrí los ojos y pude apreciar con certeza de que en mis manos temblorosas se hallaba un papel algo arrugado que envolvía una pequeña pulsera con un nombre grabado en letras mayúsculas. 
Intenté descifrar lo que ponía, pues la luz de la mañana me cegaba y aún no me había acostumbrado a su claridad.
Una vez que supe su significado me acerqué esa pulsera al pecho casi sin querer, apretándola con fuerza, tanto que por un instante pensé que mis dedos cobraban vida, deseando romper el artilugio que, sin percatarme, realmente daño me hacía.
En dicho segundo, mi cabeza comenzó a darle vueltas a un sinfín de cuestiones que se volvían olvidadizas y que pasaban de una imagen a otra con rapidez, sin dejar en mis pensamientos un aspecto concreto, mi mente quería retroceder, pues se estaba formando algo complejo en mi ser sin quererlo.
Voces, sonrisas, enfados...todo al mismo tiempo y a la vez un sentimiento de pesadez y tristeza en mi interior que se hacia cada vez más tenue. 
Deshice el pensar cuando mi consciente me lo permitió, y recordé porqué la noche anterior me quedé dormida con el complemento en mi mano y el porqué no lo había soltado en la madrugada. 
Como sabía que nadie contestaría a mi pregunta y que ésta se quedaría sin resolver siempre, decidí con valor soltar el recuerdo lejos de mi alcance, para saber que estaría allí sin hacerme ninguna herida, pero cerca de mi vista, para hacerme comprender que soy fuerte y que aunque caí en un momento indicado, supe levantarme y seguir adelante.
Realmente esa pulsera tenía un significado guardado que sólo yo y una persona de mi pasado sabíamos, pero que quedó en olvido llegado el momento y que se volvió en un recuerdo como tantos otros habían vivido en mí a lo largo de mis cortos pero intensos años de vida.

La carpeta de los recuerdos

Abrí esa carpeta que tan escondida se encontraba al fondo de ese armario plagado de grandes cantidades de ropa, la mayoría de ella sin usar, y dos sensaciones en forma de escalofrío recorrieron mi ser... por un lado miedo... por otro, tristeza...
Miedo porque supe con certeza lo que esa caja escondía, y aunque en esos momentos el dolor no era tan intenso, ciertas cicatrices encontradas con hilachos en el corazón aún se hallaban...
Tristeza por saber aquellos recuerdos que ahí se dibujaban...grabando en un papel nuestros rasgos, perfeccionando los rostros.
Primero...una carta que me entregaste, dejando mi llanto salado de niña, en unas lágrimas que fueron cayendo paso a paso, hasta convertirse, al final del camino, en lágrimas de mujer.
Después... una rosa, con sus pétalos ya marchitos y dejando como recuerdo un pequeño sinfín de olores que ya a antiguo sabían.
Y por último...esa foto, foto que reflejaba el sentimiento, que hacía que los ojos se iluminasen y que una sonrisa tierna saliese de los más profundo de mi ser, dando paso a la nostalgia vivida y a las alegrías mostradas en el tiempo que estuve a tu lado...

domingo, 3 de marzo de 2013

Recuerdos difusos de amor

Cerré la ventana con rapidez, pues el frío arrollaba por cada rincón de esa enorme casa, cerrando y abriendo puertas como si de un fantasma enfadado se tratase.
Justo cuando dispuesta estaba a dar el maldito portazo que tanto me llevaba asustando toda la tarde, debido a sus continuos vaivenes...ahí se encontraba él.
Siniestra...así era su mirada y así era la situación en la que ambos nos encontrábamos en ese instante, pues a dos pasos de mí, existía una figura extrañamente peculiar...
Miraba sus ojos y los míos de lágrimas se encharcaban sin comprender...
Miraba sus manos entre las sombras y mis dedos se volvían puños, pues una rabia dentro de mi persona llegaba sin esperarlo.
Observaba sus labios casi borrosos y yo, sin querer, mordía los míos con ansias, con ganas...con sensación de amor... pero esa imagen que siempre presente estaba, me llenaba de tristeza, pues cada vez más difusa se volvía con el tiempo...
De pronto, bajé los párpados con fuerza, siendo de esta forma mi cara manchada de pintura negra que en mis ojos tenía... me encontraba abrazada por el escalofrío, llorando, pensando... pues mi recuerdo comenzaba a disolverse y su imagen en mi cuerpo cada vez más desgastada se hallaba.




Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...