PENSAMIENTOS INUTILES

Me concentro en pensamientos inútiles que me llevan a la nada; que a pesar de la reflexión no hallan por ninguna esquina solución... que se vuelve negro en el ancho sendero de la avenida y se convierte en abismo de ensoñación.


Los pensamientos juegan descaradamente entre ellos, haciendo responsable al tiempo y al recuerdo que éste provoca; pues no hay nada como una imagen grabada en la mente y que se prolonga entre sueños cortos de madrugada. No hay nada como el imaginar humano, que en dos segundos transforma un mal sentir en una historia de cuentos de hadas, en la que, irremediablemente, tu papel es el protagonista.

Las experiencias siguen fluyendo por sí solas, unen la agonía y la felicidad, pero... ¿Realmente la balanza queda equilibrada? Provoca una sonrisa en mi rostro, en cambio, los aspectos negativos quedan a flor de piel, incluso quizás más marcados que la alegría del soñar.

Por ello... ¿es certero lo que siento? Se pregunta mi memoria... y es que ella misma ya no sabe si es el propio corazón el que le lleva la contraria... produciendo, sin más dilación... esos pensamientos inútiles que jamás hallan salida en el laberinto de la inconfundible y rara vida.

Marciana

¡Bienvenido a la urbanización!... esas letras son las que marcaban la entrada a la ciudad y aquel extraño ser supuso que a él se refería, sin entender muy bien del todo las palabras que configuraban la oración existente.

Todas las personas del lugar lo observaban, tenía una figura esbelta, y silueta prominente, parecida a la de mujer... con un guiño de ojos todos quedaron petrificados y en su tartamudeo y habla difícilmente distinguible lo formuló... ¿Qué extraño mundo es el que acontece mis pies? 

La población, asustada... intentaba buscar ayuda de la alta autoridad, para que, sin reparos, atrapase a aquel pequeño monstruo que habitaba sus grandes calles pobladas, que en dicha ocasión, fue despejada de penumbra... 

A pesar del aviso, jamás se dio con esa marciana, incluso algún que otro agente desapareció debido a su busca... por ello, las personas que con sus propios ojos la vieron aún se preguntan... 

Cómo una marciana llegó a su vida rompiendo reglas, actuando como cual policía hace entre  esposas y tras almohadas configuradas en rejas de naturaleza y entre el abismo infinito de la arboleda.

Ahora toca escribir otro libro... ¿no crees?

Y... sin esperarlo, como cual sorpresa en el más profundo interior y a la vista de muchas miradas atónitas... dejó de escribir...

Su paso marcaba un determinado sendero; en cambio, en esa ocasión, su pluma no lo acompañaba... se quedó desparramada en la mesa, justo en la mitad del camino; justo en el momento en qué estaba en juego su verdadero futuro... no el de la fantasía.

Hubo muchas veces que se cuestionó el qué hacer; si realmente sus dedos deberían seguir construyendo versos, o por el contrario, las letras deberían quedar ya estancadas... como lo hace el niño cuando traspasa la barrera de la inocencia... y sin embargo, continuó desarrollando imaginación...

Continuó... hasta ahora que su vida le mostró un camino distinto al de antaño; un camino alejado de la ensoñación, un sendero real.... muy separado del sueño de la ilusión.

Se preguntó si en ese determinado instante había elegido de la mejor forma posible; no quería desvanecer, tampoco quería verse rodeado de penumbra... pero su decisión final fue esa... y dejó de escribir.

A pesar de todo, sus pies marcaban un camino determinado y pronto encontraría su meta, aquella que siempre, a lo largo del pasar de los años, había estado esperando. Un letrero de gran tamaño que tenía como título "Final del camino". 

Llegó al lugar asfixiado, casi a punto de caerse al suelo de la emoción; cuando, irremediablemente, en letra pequeña, debajo del titulo ponía... "Este es el final de una parte de tu historia... Ahora, toca escribir otro libro... ¿no crees?".

Esbozó una gran sonrisa, rebuscó en los bolsillos más recónditos de su maleta hasta que la encontró... su pluma, jamás le abandonó en el camino, aunque él la hubiese dejado tirada en el fango de aquel charco producido por lluvia de invierno.

¿Cómo decir que me encantas?

- ¿Cómo decir que me encantas?

Pensó la niña cuando a solas se encontraba. Observaba a todos lados de su habitación y pensaba, irremediablemente, en cada uno de los sucesos que le había acontecido el día... uno de ellos... su compañía.

- ¿Cómo poder mencionar que me gusta su sonrisa en letras; que mis comisuras quedan marcadas entornando un mar de sueños cuando palabras muestra?

Reflexionó, mientras intentaba entender el significado de sus pensamientos. Al mismo tiempo que una pequeña risa, que marcaba sus rosados pómulos, le acompañaba en la acción. 

- ¿Cómo admitir que una mínima brecha de ilusión se ha abierto en mi interior... ilusión que obliga a reír a carcajadas sin querer?

Y la niña, a pesar de la incertidumbre estaba feliz, daba pasos certeros y confiaba en su camino, siendo su primordial pregunta... ¿Cómo decir que me encantas?

Me pregunto...

Lloran las nubes una vez más; ya por tercera vez consecutiva las lágrimas que desprende el cielo, ahora teñido de tristeza, dan paso a que mi corazón quede tintado de penumbra... preguntándose mi subconsciente un por qué continuo. 

Brotan en mi mente recuerdos que ciertamente, no llego a conocer su procedencia; quizás debido a que mis sentidos decidieron reemplazarlos, por culpa del dolor...

Me pregunto por qué el sonido de la lluvia evade mis sentimientos de manera tan intensa, dando paso a la duda clara del no saber hacia qué recóndito lugar acudir... mis ojos quedan en blanco, observando hacia el famoso horizonte, del cual no desea regresar.... pues las imágenes del pasado se funden con el ahora creando una historia perfecta, a pesar de que ésta misma no halle existencia en el mundo real... y es que resulta tan inmensamente fácil soñar despierta.

Mi cuerpo ya está aislado de la vida y mi alma así lo demuestra; pues estoy presente de una forma que no llego a alcanzar... no es tan difícil quedar hipnotizado de los efectos de una naturaleza que se observa tan cercana... pero que a su vez, se encuentra distante... las gotas saladas son reales... ¿pero cómo sabemos que las nubes realmente no es algodón aterciopelado?

Es entonces el miedo lo que llega, haciendo su aparición de forma descarada... ¿qué sería de la humanidad sin temor, sin dudas y sin dolor?... me pregunto... 

Y así las gotas saladas que tapan el sol me hacen viajar al mundo inimaginable de los verdaderos sueños.

Y sonreí

Caminando entre calles estrechas llenas de niebla en la gran ciudad; lo pude divisar... no había cambiado absolutamente nada desde que lo vi la primera vez, hacía ya cuatro cortos pero intensos años.

Tenía una mirada penetrante y me observaba a descaro a través de sus largas pestañas del color como el carbón; al igual que sus ojos verdosos se dirigía, sin esperarlo, hacia mi persona.

Su sonrisa me dedicaba la marca más satisfactoria.... dejando comisuras y marcando sus característicos hoyuelos, que antes tanto siempre me gustaban.

A la misma vez que mis manos querían dirigirse a su vera, algo me lo impedía; volviendo mi cabeza y observando, irremediablemente, que ya marchó... ¿fue solo un espejismo?; ¿fue su mirada la que quedó grabada en mi cabeza y por ello lo vi en dicho momento?...

La niebla, esa que me rodeaba desde que posé mis pies en el frío suelo de la calle de invierno, se fue sin más dilación, y entonces lo supe... aquel lugar... el lugar de nuestro primer beso... por ello, a pesar del tiempo, lo volví a ver... igual... como cual espejismo; y sonreí.

Perdí

Yo perdí la ilusión por apostar cuando tus ojos entraron en mi vida y, rápidamente, desaparecieron de ella sin soltar apenas lágrima...

Yo perdí la ilusión por ganar cuando tus manos rozaron la cadera del olvido y se introdujeron en mundos insospechados cuando, sin esperarlo, te alejaste de aquí...

Yo perdí la ilusión del sentir cuando tu risa invadió mi habitación, dejando un vacío enorme cuando decidiste esfumarte... imposible de reemplazar. 

Yo perdí la ilusión de la esperanza cuando tus pies marcharon de mi vera, yéndote lejos... dejándome atrás...

Yo simplemente perdí la ilusión del corazón palpitar, cuando tus labios mencionaron un adiós sin regreso, un suspiro sin salvación y un corto te quiero que, ciertamente, no salía de tus sentimientos.

A base de poesía

- Hoy no sé sobre qué escribir, no me siento lo suficientemente inspirada... ¿por qué quieres mostrar letras?

Mi subconsciente, una vez más, como de costumbre, me jugaba malas pasadas; y se empeñaba en hacerme creer que mis dedos no pronunciarían palabras, pues ésta no quería. A pesar de ello, mis manos movían sus extremidades queriendo, irremediablemente, expresar cada sentimiento, fluyendo como agua... transportando las ideas de la imaginación y ensoñación... al mundo del papel en blanco.

- No entiendo... ¿qué pretendes?

Me decía entre suspiros y pensamientos que iban y venían de un momento a otro y tratando de generar dudas... sin éxito...

- Yo solo pretendo que mis sueños sean reales, que imaginación se funda con la ilusión de mis sentimientos; que mis párrafos llenen con su tinta un nuevo amanecer, solo deseo con todas mis fuerzas que cada rincón de mi corazón quede impregnado en páginas por escribir... pues no hay nada más profundo... que construir tu propia historia a base de poesía...