viernes, 2 de marzo de 2018

La obra de teatro

Sábado, 10 de Febrero: 19:00 horas

- ¿Dónde estará? La obra es dentro de cuatro malditas horas.

El director estaba nervioso, era el estreno de una obra de teatro muy importante y faltaba uno de los personajes; debería haber llegado temprano: el ensayo, la prueba de vestuario, el maquillaje, todo iba con un retraso abismal.

Los tres actores se miraron entre ellos cuando su jefe marchó tras un portazo.

 21 horas antes…

- Solo digo que eres el novato y nunca debieron darte el papel protagonista. Eres guapo y tal pero no sé… poca experiencia sobre el escenario.
- ¿Qué más da ser guapo? La belleza nunca ha dado de comer a nadie.
- Parece mentira que lo digas tú, teniendo en cuenta que en esta profesión si no eres bueno, más te vale ser guapo.

Carlos observaba cómo Víctor y el joven discutían por algo que ya estaba más que decidido. A Víctor nunca le había sentado bien ser el segundón y pensaba que en esa obra por fin se llevaría el papel principal; fue mala suerte que Iván hiciera un buen casting para conseguirlo.

Él estaba fijo en la compañía desde hacía más de quince años; esos debates habían pasado de largo para él y sabía que no merecían la pena.

Contemplaba la escena en busca de algo con lo que distraerse. Pudo comprobar que Víctor llevaba en su bolsillo una linterna, que Iván de manera inconsciente no podía ignorar sus palabras y que Camila escuchaba la radio y tenía entre sus manos un ábaco con el cual intentaba descifrar algo: divagaba en su mundo y no parecía darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Ella solo quería que pasasen las horas para poder volver a darle un beso de película a Iván: tan jóvenes y con esa ilusión que él perdió tantos años atrás.

Se encontraba de brazos cruzados tan entretenido con el intercambio de palabras de esos dos que le pilló desprevenido el apagón. La única bombilla de la estancia se había fundido. Nadie gritó, desde que empezaron a cenar parpadeaba.

- Venga va Víctor, tienes una linterna en el bolsillo, enciéndela para que podamos ver y cambiar la bombilla o yo que sé, ir a por una vela.
- ¿Víctor? No es ninguna broma. –
 
Se escuchó decir a Camila que empezaba a asustarse de la tardanza.
Carlos no decía nada; la linterna se encendió.

Sábado, 10 de Febrero: 20:00 horas

- Se va a enterar en cuanto llegue, ¿qué se ha creído?

El director no paraba de dar vueltas por el escenario y de vez en cuando se asomaba de extranjis a la puerta para comprobar cuántas personas esperaban impacientes la apertura.

 22 horas antes…
 
Iván estaba cansado de escuchar las continuas reprimendas de Víctor, no le caía mal pero era un poco pesado con el temita. Además, todos sabían que estaba en la compañía porque el director es su tío.

A pesar de la discusión que se traían, él solo podía observar de reojo a Camila, tan bella. Había sido un privilegio entrar en ese teatro y conocerla. Los meses de ensayo se habían pasado rápido y ellos dos juntos tendrían un gran futuro por delante, no solo profesional.

Ella estaba ajena a todo, entretenida con el ábaco que el imbécil le había regalado y con su música.
La bombilla se fundió, cerró los ojos cansado de la retahíla de Víctor y tras varios segundos interminables dijo:

- El que tiene una linterna en el bolsillo, es hora de hacer uso de ella ¿no?, o ¿nos vamos todos a dormir?
- Víctor enciende la linterna por favor. –

Escuchó decir a Camila. La linterna tras varios minutos se encendió.

Sábado, 10 de Febrero: 21:00 horas

El director no sabía qué hacer, se había sentado a la espera de que la inspiración le llegase. Solo quedaban dos horas.

 23 horas antes…
 
- Puff, y ¿lo dices tú?, en esta profesión si no eres bueno debes ser guapo.

Víctor sabía que llevaba la razón, Iván era joven y atractivo pero el papel protagonista que le entregaron fue injusto. Debería haber sido suyo, después de más de cinco años en la compañía se merecía ese privilegio.

Observaba que ella seguía entretenida con el ábaco que él mismo le había traído: tan guapa; qué lástima que su objetivo en los últimos meses solo fuese besar al tonto del protagonista. Carlos parecía encantado con la escena e Iván…bueno Iván solo intentaba defenderse de sus comentarios.
Estaba rodeado de dos niñatos y un viejo impertinente que se creía superior a los demás.

El apagón fue inesperado, se quedó petrificado debido a su miedo a la oscuridad, por eso siempre llevaba su linterna de emergencia. Fue tarde cuando reaccionó a las insistencias de sus compañeros y la encendió.

Sábado, 10 de Febrero: 22:00 horas

Solo faltaba una hora para el comienzo de la obra, el director ya estaba vestido y había dejado a un lado el traje del personaje que faltaba. La obra se cancelaría; sería una brecha en su carrera.

 24 horas antes…
 
¡Qué pesados estaban esos dos! Camila estaba harta de escucharlos, por eso se puso sus auriculares para aparentar y empezó a divagar por las bolitas del ábaco que Víctor le había llevado.

Escuchaba cómo Iván intentaba defenderse, tan inocente. El pobre chico pensaba que se había ganado su amor, sin contar con que ella era una gran actriz. Todos se habían tragado el cuento de que su único deseo era estar con Iván, la escena del beso.

Víctor era peor actor que Iván, pero las noches que había pasado con éste hacía tiempo superaban con creces a la inexperiencia del veinteañero.

Se preguntaba cuánto tardaría en desfallecer esa bombilla vieja. Según su cálculo no podía faltar mucho; ya estaba chispeando cuando la cambió: de hecho no paraba de hacerlo.

Cuando la luz se apagó a la diez de la noche, a Camila no la pilló desprevenida. Se vio asustada ante el plan inicial y decidió no matarle. En ese instante tenía ganas de deshacerse de todos; de Iván por querer cortar sus alas, de Víctor por no haber querido en su momento luchar por ella y de Carlos, por tratar de convertirse en ese padre que nunca tuvo.

- Víctor tómate tu tiempo para coger la linterna; lo mismo ni siquiera tiene pilas.

Tras esta frase salió sin hacer ruido por la puerta y desapareció. Su sueño de ser actriz seguiría en otro sitio, dónde los hombres no la viesen como una princesa; solo como una mujer y una gran profesional.

La linterna se encendió con dificultad y un haz de luz tenue; Camila nunca volvió a aparecer.


Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...