miércoles, 31 de julio de 2013

Entre lluvia y música

Noche de verano se acurruca ante sus ojos; pero en cambio, se mezcla con una tempestad típica de pleno invierno, pues la lluvia ha formado una cascada entre el tejado y el suelo del patio, tal y como si debajo de ésta se hallase una pequeña cueva en la cual cobijarse del viento.
A pesar de ello, Carmen camina descalza y de puntillas bajo la lluvia, no lleva la suficiente ropa como para abrigarse y desprenderse del frío, pues un pantalón corto y una camisa de tirantes es lo que forma su silueta de niña de doce años.
Cada uno de sus pasos va dejando una señal en la arena y tierra que cae de las tejas llenas de moho, pero se puede apreciar que a ella poco le importa, pues le sacia de alegría que esta tormenta de verano vaya acompañada de melodía y música que forma el pentagrama de la luna, dejando al descubierto sus dotes de artista.
Danza sus brazos al aire para hacerle compañía al sonido que desprende el interior de la casa, mientras da vueltas sobre sí misma, con una inmensa sonrisa que le invade el rostro, incluso llega a menospreciar sus pequeños pero profundos ojos verdes.
Se contonea como si nadie la estuviese vigilando desde el balcón, sin embargo, aquellos que la observan solo desean que sea feliz y por ventura, lo consiguen.
Muestran pequeños gestos de felicidad, pues Carmen se encuentra contenta sin razón alguna, algo difícil de ver en ella... el agua junto con la música le ayuda a expresarse.
Su madre, llena de júbilo e impaciencia, decide acercarse a abrazarla, sin saber bien cómo hacerlo para que no se asuste o deje de bailar; pero por una vez, su hija, sin esperarlo realiza una acción que nunca antes había hecho... le corresponde la mirada y se ríe una vez más, volviendo de nuevo al estado que anteriormente presentaba.
Aunque Carmen sigue en su mundo, riéndose sin saber porqué, mirando constantemente a un punto fijo y girando sobre sí misma; su madre entiende que ha logrado algo, pues en ese instante en que cruzaron miradas por primera vez entre lluvia y música, muestra que el autismo es menor en su presencia. 

domingo, 28 de julio de 2013

Desvanezco

Me hallo desnuda; una vez más puedo observar mi figura ante el espejo que se encuentra en el baño, alargado y que muestra sin reparo cada parte de mi delgado cuerpo.
Mientras me quedo evadida observándome, oigo como el agua de la ducha cae con prisa, empapando cierta parte del suelo que piso y me pregunto porqué no acudo hacia el lugar para refrescarme de una vez por todas, al fin y al cabo es lo que iba a hacer en un principio.
En cambio, estoy aturdida, me duele todo mi ser, y a simple vista se pueden apreciar los moratones existentes en mis blanquecinas piernas, además de algún que otro rasguño en mi torso y recorriendo mis finos brazos.
Con mi mano empiezo a recorrer cada herida que se presenta, me detengo sin esperarlo y me introduzco en el agua templada, que hace que el malestar de los golpes duelan aún más, haciéndome sentir un escozor que he de soportar si quiero liberarlo.
Una vez mi cuerpo acostumbrado al agua, hace que mis manos vuelvan a buscar el dolor, que desde hace unos meses atrás, se vuelve insoportable, pero ya normal en mí. 
Empiezo por el pelo, mi cabello largo disimula el gran corte que tengo en la parte central de mi cabeza, una cicatriz que muestra un día más de lucha... un ¡me caí en el baño!, mostrando mi torpeza a aquellos que quieren saber de mí.
Cuando aún no he derramado lágrimas, mis dedos se dirigen hacia mis mejillas y por el tacto, puedo averiguar que tengo la cara hinchada, quizás lo bastante roja para no salir en varios días a la calle. Mis labios muestran una línea y expresión dura, que rápidamente deshago, pues el corte que presencia hace que duela... ¡un mal golpe cuando dormía!
Ya sí mis párpados se cierran con fuerza y rabia, dejando a la vista lágrimas lo suficientemente saladas para que las cicatrices sigan doliendo... mi cuello, ahí creo que tengo otro moratón.
Lo puedo sentir de un color verdoso, difuso, pues ya no me duele como antaño.
Mis pechos, ellos están llenos de mordiscos que oscurecen mi alma... me derrumbo y por consiguiente, me acurruco en la esquina de la ducha, dejando paso al agotamiento, ya no sufro por los daños, lo hago por el dolor de madre.
Tengo las piernas enredadas en mi regazo, no quiero presenciar la evidencia de mi pérdida de peso, haciendo notar mis costillas y caderas... la falta de apetito me abruma.
Me consuela saber que Natalia, mi niña, está con mi padre en estos momentos... ¡llévala a jugar, estoy con fiebre!... una mentira piadosa nunca viene mal; aunque mi familia sabe perfectamente lo que me corroe el corazón.
Por un instante la calma llega a mi poros y mis pulmones danzan despacio, casi suspirando... cuando a punto estoy de sostenerme en pie, ayudándome con el pequeño grifo que hay en la parte más baja de la ducha, oigo como el pomo de la puerta gira.
Mis vellos se erizan... ¡NO! grita mi subconsciente, y mi tez nota un fuerte cambio, de tristeza a melancolía, de ésta otra a la calma y ahora miedo.
No puedo levantarme, de repente una figura se muestra ante mí, pero parece que viene cansado, por lo cual mis músculos se relajan.
Va vestido con el uniforme de trabajo, su ojos negros observan lo míos azules. Su fuerte constitución deja al final de sus brazos, a sus manos cerrarse en puños y me hace estremecer.
Sin embargo, comienza a desvestirse sin decirme palabra, se introduce en la ducha a mi vera, cuestión que me aterra, me ayuda a ponerme en pie... me abraza ante mi sorpresa, y sobre su torso me lleva, pronunciando un inesperado... ¡perdóname!
Ya he perdido la cuenta de las veces que me ha dicho esa palabra en pocos años, me deslizo en llanto y pronuncio un sí dubitativo. 
Sólo espero que después del baño su humor no cambie y que por una vez en mucho tiempo mi pequeña hoy pueda dormir tranquila y sin escuchar los llantos de su madre mientras su padre va acabando con ella, poco a poco, dejándola constantemente al filo de la muerte.
¡Te quiero! me dice en un tono demasiado atroz y abrazándome con más fuerza de la necesaria... ¡Te quiero! ¿Entiendes? me grita con fiereza mientras sujeta mis hombros fuertemente, y sale de la ducha obligándome a caer y dejando tras su presencia un gran portazo, dejándome envuelta en lágrimas....
¡Vaya forma de quererme!... digo en un susurro y nuevamente...desvanezco. 

Me dicen loca

Me dicen loca, pues apago las llamas de mi necesidad en los bares, sucumbiendo a la encantadora sonrisa que me ofrece la luna en la noche de madrugada.
Retumba en mi cabeza los besos que no le ofrezco y me ruborizo ante la vaga idea de adentrarme en ellos.
Me dicen loca, pues me quedo anonadada ante la claridad de sus ojos de lobo hambriento y me estremezco en el bosque a su vera.
Me dicen loca, ya que me rindo al ritmo de sus aullidos, pues a pesar del espanto que produce en todos, a mi me lleva, misteriosamente, a la serenidad.
Vagamos en la distancia; a lomos de él me deslizo en la conmovedora presencia de su correr y con su culminante belleza me hace viajar al mundo de los sueños.
Me dicen loca por estar enamorada de un lobo... pero... ¿a mí qué? 

Cupido, te pido un favor

Cupido, sólo te pido un favor, aquel que nunca me he atrevido a suplicarte. Sólo acércate en su busca y encuentra la flecha que no hace tanto tiempo le lanzaste, pero que sin esperarlo dejó de latir por mí. Creo que en esta ocasión no pido mucho, simplemente haz que vuelva a sentir.






sábado, 27 de julio de 2013

Un mismo sentimiento... 20 salidas

Deseo avanzar veinte pasos; pues con tan solo eso podré llegar al lugar que anhelo, aquel sitio exacto que muestra el sentimiento.
Mi pie derecho, decidido, da un paso hacia adelante, mostrando sus uñas bien recortadas pero con el color ya algo difuso, dando lugar a un parcheado colorido de rosa. En ese avance aparece un cuerpo esbelto de hombre, alguna que otra llamada perdida y un beso inesperado, convirtiéndose en el primero.
En cambio, como se puede observar el camino es largo y son aún diecinueve pasos más los que hay que llevar a cabo; al siguiente escalón una sonrisa la que descubro, interesante y atractiva. Sin embargo, mis piernas quieren ir a un tercero, en el cual se halla un misterio desconocido, que no encuentra salida en mi ser.
Abro la puerta que a continuación se me presenta, y que me muestra de forma dubitativa el siguiente paso, el cual sería el cuarto, que sin querer, se fusiona con el quinto, pues detrás de ese portal hay un escalón que me obliga a dar un traspiés.
Una vez en el suelo, alzo la cabeza y hallo una mano que me ayuda a dar mi sexto paso, una nueva sonrisa, nuevas mariposas envolviendo la aurora de colores con su llegada.
Sin embargo, puedo darme cuenta de que me alejo de esa cara de niño, y que sin saber, el octavo es tan inmensamente desierto que caigo en las redes y me hace llevar con mucha prisa al paso noveno, que es uno de los que no quiero dar sola pero tampoco en compañía y que se convierte en un adiós muy esperado.
El décimo paso me confunde, me mantiene en un ir y venir, me atrapa los ojos azules, sus peculiaridades, inseguridades y caricias...esas que siempre serán las primeras.
Este paso sí que quiero evitarlo, pues deseo quedarme estancada en el número diez, pero mi ser camina solo y en el puesto once se halla más rápido de lo que esperaba mi alma, y que aún con más prisa camina hacia el número doce, mezclándose a su misma vez, como si una tormenta fuese con el trece.
Una vez más, como si de una pelea de titanes se tratase, hace que sean golpes fuertes los que se lleve mi corazón, lanzándome sin medida al paso catorce que va muy junto del quince, como almas gemelas, como cuerpos que sacian su sed en la vereda del querer.
Este último me lleva a la calma, pues para llegar al siguiente hay que recorrer un camino lento; bar, fiesta y el paso dieciséis que tanto había tardado en alcanzar se funde con el diecisiete en menos de lo que canta un gallo.
El pánico comienza a nacer por mis poros, pues estoy muy cerca del final, ese final que me lleva al sentimiento escondido que desde un principio deseo hallar en la tempestad, pero que se me está volviendo un imposible encontrarlo, ya que ¡cómo no!, con cada paso que avanzo siempre queda en mi cabeza el paso número diez, ese en toda ocasión tan inoportuno.
Estoy preparada, deseo dar un paso más, llegar al dieciocho, que sin esperarlo, se torna en confianza que al cabo de segundos se vuelve en desgracia, decepción y rabia... pero la rabia al final del camino se encuentra difusa, con una luz tan clara que se asemeja a la esperanza... sí, es él, el paso diecinueve.
Justo cuando a punto estoy de llegar, caigo por un precipicio, y ahí está el paso veinte, por fin lo he hallado... ¿cuál será el sentimiento que esconde?, ¿será una nueva sonrisa?, ¿será una vez más un misterio por hallar?...
Camino y allí está.... lo que menos esperaba imaginar, y al paso veinte, una nueva salida y un mismo sentimiento que siempre ahí se ha encontrado... AMOR.

jueves, 25 de julio de 2013

Las apariencias engañan

Me miro al espejo, y por un momento parezco atractiva, pues luzco un bonito vestido de seda de color verdoso, tal vez demasiado elegante para mí; sin embargo el moreno de mi piel gracias al sol veraniego resalta la tonalidad del mismo y la de mis ojos.
Los tacones me hacen ser, al menos, doce centímetros más alta, quizás de esta forma mi altura alcance el metro setenta y cinco.
Mis labios presentan un color rojo camersí, también muy oscuro para mí... pero ¡eso es lo que reproduce el espejo!
En cambio, mi sentir es distinto y en el fondo de mi ser ni mis ojos se aprecian tan perfectos y tampoco mis manos son tan morenas, pues de gris tengo coloreada el alma y rebosa por los poros de mi piel; aunque mi imagen reflejada no lo muestre.
A pesar de los zapatos, me encuentro cabizbaja y una joroba nace de mi espalda, soportando el peso del dolor; mis largas piernas dan lugar al sin vivir, pues desean caminar, pero hacerlo en su compañía.
Mis mejillas sonrosadas debido al maquillaje cubren mi pena, y siento miedo de la figura que se encuentra delante del espejo, pues no es la misma que yo presiento... porque en este instante puedo observar que realmente las apariencias engañan.

martes, 23 de julio de 2013

Querido corazón, esta carta es para ti

Querido corazón;

¿Cómo te encuentras? Hace mucho tiempo que no pienso todo lo que debería en ti.
Te preguntarás la causa del escribirte, y es que mi cuerpo ha sentido que el dolor es cada vez más y más agudo.
Mi mente ha intentado mantenerte a salvo, pero compruebo que después de tanto pasado, las heridas vuelven a estar desprotegidas, pues me arañan el alma.
Siento que has podido romper la gran coraza construida a tu alrededor, para que no latieses de sentimiento... sin embargo tu paciencia ha explotado y veo que quieres volver a sentir, a bombear amor; en cambio... ¿Estás preparado?
Siento como una vez más anhelas la flecha de Cupido; pues he podido presenciar que la cicatriz que más cerrada estaba ha vuelto a derramar sangre y me pregunto cual es la causa... ¿Qué sientes?
Has dado un vuelco de 360 grados que ha sido fácil de notar y ha sucedido justo cuando te encontrabas en su presencia... ¿De verdad deseas arriesgar?
Deseo con todas mis fuerzas que estés en lo cierto; que a pesar de que hayas transportado dudas en mi cabeza, por una vez la razón y tú os complementáis y los dos queréis con ansias que mis actos avancen.
Es cierto que desde hace ya más de un año no te ofrezco tan siquiera un mísero voto de confianza y quieres demostrarme de lo que eres capaz. Sin embargo, sabes que yo soy fuerte, pero creo que tú eres demasiado débil... ¿De verdad deseas sufrir más? ¿Y si no sale como esperas?
Acabas de decirme cual es el significado que tiene esa persona para ti y me pregunto porqué lo tenías tan escondido, guardado como un secreto... tal vez me habría dado tiempo a reaccionar.
Supongo que a esa pregunta ya sé la respuesta, porque en este mismo instante me la estás desvelando... "Tenía escondido este sentimiento, pues la coraza de la que antes has hablado es dura y ha sido difícil de romper, ahora muestro lo que realmente siento, quizás sea tarde... pero arriesga e intenta ganar". 

sábado, 20 de julio de 2013

Juegas conmigo

Mi corazón palpita a contratiempo,
aunque tus caricias marquen el compás,
pues cuando tu pelo y cuerpo palpo,
juegas a las cartas y sacas un as.

Tomas mis dudas como pasatiempo,
mis caderas te llevan a querer más,
ser yo la que tus actos anticipo,
y me ganas la partida una vez más.

Como juguete tratas a descaro,
mis manos usas como marioneta,
al igual que tus ojos me hechizan.

Yo ahora me encuentro en un agujero,
mientras tú quieres hacer de mí una apuesta,
y siento tus ojos, los que me miran.




Mar de dudas

Mi cabeza se halla en un paraíso sombrío, jugando a la verdad y a la mentira... me tiene sin aliento las situaciones; me embriaga de sentimientos las despedidas.
Mi yo interior se encuentra perdido en un laberinto sin salida; en el que solo se observan señales que comentan "mar de dudas".
Ahora yo me he de enfrentar a mi misma, mi cabeza contra mi corazón, mi alma en batalla con mi cuerpo, mi deseo lucha contra la razón... ¿a quién hacer caso en estos momentos?
Mi cabeza comenta un sí, mi corazón un quizás algo dubitativo, mi alma quiere avanzar, pero mi cuerpo se encuentra estático; mi deseo quiere algo más, y la razón me impide buscar. 
Simplemente mi corazón, mi cuerpo y mi deseo en un "mar de dudas".



jueves, 18 de julio de 2013

Volar en tempestad

Alas que vuelan entre rascacielos,
dejando a la vista un hermoso lugar,
hace visible muy arriba en los cielos,
invitando entre aleteos a viajar.

Desean que labios digan te quieros,
y que los ojos se enamoren de su volar,
pues sus hermosas plumas a lo lejos,
llevan a un mar de dudas, a imaginar.

Blancas como algodón muestran su imagen,
su canto es bonito cuando en vuelo están,
son felices, se encuentran en libertad.

Son sentimientos profundos que invaden,
pues son nuestros cuerpos los que hallarán
a esas gaviotas volar en tempestad. 

lunes, 15 de julio de 2013

GARABATOS

- ¿Y ésto?¿Qué significa?

Observé a mi hermana que con ojos centelleantes me mostraba un papel de cuadrículas pintorreado por trazos que obvio eran míos.

- Son solo garabatos, déjalo donde estaba; o mejor, dame esa hoja para que pueda guardarla...

- Si solo son garabatos, ¿por qué quieres esconderla?

Un tartamudeo se apoderó de mí; pues no mencioné que quisiera cobijarla de algo o de alguien; sin embargo esa personita que sostenía el papel lleno de baches había adivinado de cierta forma y derramando su ingenio el por qué de todo.

- Tú dame y calla.

Hice uso de mi tono autoritario, por lo que Amanda no tardó en ofrecerme lo que sus manos sostuvo, quién sabe durante cuanto tiempo. Casi lo desgarré de sus manitas débiles de niña inocente pero traviesa.
Cerré mi boca, le hice un gesto a la misma para que saliera de mi habitación y quedé en silencio, sin delatar absolutamente nada.

Cuando por fin me hallaba sola, miré con detenimiento el dibujo, las letras, todas las líneas que quedaban postradas en blanco y asentí bajo la sospecha de mi pequeña, que efectivamente, como bien ella decía, no solo eran garabatos.
En la esquina derecha se podía alcanzar a ver una clave de sol, que cabizbaja y llena de sentimientos dejaba, con su belleza, mostrar unas pequeñas alas.
Sin esperarlo, mi subconsciente me obligó a poner los ojos en blanco y repetidamente llevar una de mis manos a mi hombro izquierdo... descubrí de él la camiseta y pude ver la tinta dibujando lo mismo; mi mariposa, aquella que me ofrecía paz en mi cuerpo, también fue dibujada por mí en un determinado instante en papel... 15 años... apunté en mi memoria.
Mi boca comenzó a mostrar una tímida sonrisa, que condujo hasta un par de nombres, en seguida los miré supe el instante en el que quedaron grabados, me abracé a un peluche que siempre había estado en mi cama desde que ella, siendo aún pequeñas me lo regaló y bajo un susurro, mi boca pronunció... amigas por siempre.
Justo en el centro una máscara de teatro y una pequeña frase en inglés "The Theatre is my life"; amplié mi sonrisa y seguí el sendero que me marcaba el lápiz... un poema, ahí empezó mi pasión por escribir.
Sumergida en mi propio sueño, llegué a un par de palabras, que difícilmente se distinguía lo que mostraba, en cambio, no me costó mucho descifrarlas... pues sabía lo que decía por haberlo leído tantísimas veces con anterioridad.... "Te quiero".... sin quererlo, se me encogió el corazón y por una vez le di toda la razón a mi hermana... no son garabatos... son toda una parte de mi vida.

sábado, 13 de julio de 2013

Esperanza

Tengo la esperanza de que me hables en la noche, o que sin querer, a descaro pronuncies mi nombre con una llamada.
Aún tengo en mi ser un sentimiento que muestra las ganas de que esa historia que en mi cabeza inventé en un momento determinado se haga realidad; y pueda tenerte cerca siempre.
Me siembra la duda el hecho de que no muestres tu presencia de ninguna forma en los días y las horas, pues el minutero del reloj pasa lento, pero tu ausencia pasa aún más despacio por mi vera.
Aún me queda el deseo de acompañarte a cada instante, las ansias por poder besar tus labios y la sonrisa que hizo que en algún momento te fijases en mí, aunque solo fuese un mísero segundo.
Aún mis manos aprieto con fuerzas, pues quizás a base de ese poder se haga abismo en el tiempo y en un chasquido de dedos aparezcas a mi lado, como si otra hubiera sido la historia, como si nunca existiese espacio alguno entre nosotros.
Aún tengo la esperanza de que si cierro los ojos, arrugando fuertemente los párpados y resoplando, una vez que los abra estarás allí para abrazarme, o al menos habrás hecho presencia de tus ojos y tu rostro siempre tan perfectos.
Pues la esperanza es lo último que se pierde... ¿habrá que arriesgar a perder?


viernes, 12 de julio de 2013

¿Qué escribir?

Si digo la verdad, la inspiración hoy no es mi compañera; pero a pesar de ello y no entendiendo a ciencia cierta el porqué, deseo enfrentarme al miedo del papel en blanco y escribir.
Escribir hasta cansarme, para soltar lo que siento. Aunque mis manos hoy no quieran realizar la acción, mis dedos le llevan la contraria y simplemente se mueven pensando en las letras, mientras mi mente aún se encuentra en blanco.
Mi cuerpo se encuentra cansado, como si una gran piedra lo hubiese aplastado por dentro, y a pesar de las horas en descanso, siga con la necesidad de dormir, desvanecer.
Mis ojos, a pesar de que hinchados se hallan, buscan el rayo de luz por la ventana, para que el sol ardiente roce la piel y para que a la misma vez le llene de buenos recuerdos.
Rozo mi mejilla que se encuentra apagada, y sigo recorriendo hasta tocar mi pelo, que lleno de enredos se halla, desearía mirarme en un espejo y ver con certeza que aspecto tiene hoy mi rostro. 
Simplemente mi alma hoy suspira y no lo hace en vano; quiere arriesgar a no olvidar, quiere arriesgar a mostrar sentimientos... y simplemente lo hace escribiendo, aunque la inspiración no sea mi amiga y compañera en estas horas. 





Esa pequeña nube gris

Hoy he sentido algo que hace tiempo no asomaba por mí; tengo la sensación de que absolutamente todo cambia, una pequeña nube gris se asoma entre aquellas aterciopeladas de blanco y me muestra aquello que no deseo observar.
A pesar de que me tapo los ojos y deseo con todas mis fuerzas que esa visión se convierta en algo no real, sigue avanzando hacia mi lugar, quiero que sea un sueño al descifrar.
Lo presiento y no quiero presenciar un final; mis ojos se encuentran llenos de cansancio y mi alma aturdida puedo hallar, siento como se me congela el corazón en el tiempo por la despedida, por un adiós no muy eterno, pero que tampoco se convierte en un hasta luego temprano.
Intento descansar mis pies fríos sobre el sofá del salón, y sentir la tela entre mis dedos; y mientras estos mismos se introducen en su propio pensar, mi mente viaja a otro sitio, pidiendo con fuerzas retroceder en el tiempo; tener otra oportunidad de abrazar. 
Siento como todo lo demás se vuelve insignificante, como los problemas que comentaba antaño sobre mi experiencia quedan en lo más abajo, transformándose en la nada que tanto quería que fuese en un determinado momento; y que ahora en este instante se me antoja raro que se encuentren ahí.
En lugar de quedarme estancada, decido derramar lágrimas hasta calmarme, aunque a continuación el cansancio se apoderase de mí a descaro; observo a las personas que a mi alrededor se hallan y no muy lejos del sentir puedo apreciar que ellos que se encuentran a mi vera son los que realmente me dan la verdadera calma, invitándome en cierta forma a la tranquilidad y de cierta manera a desconectar con esos problemas que ahora se apoderan de esa nada.






domingo, 7 de julio de 2013

Mi "YO" positivo

En un momento determinado me dijeron... dibuja tu "yo" positivo o aquello que te haga ver la vida de un color alegre, de tal forma que te haga seguir adelante.
En un principio empecé a morder el filo del lápiz, sin saber a ciencia cierta que poder dibujar, como poder plasmar mi felicidad en tan solo una hoja de papel y que dicha hoja tuviese que llenarla de dibujos y trazos en lugar de letras y emociones impresas con una pluma y diversas expresiones que salieran del interior.
Sin querer, mis manos empezaron a dibujar, ya los colores se movían solos y las líneas salían sin yo querer...en primer lugar plasmé una pluma, quería representarla como libertad, pues los pájaros muestran la posibilidad de volar, de viajar y soñar, de esa pluma surgió una clave de sol, la música, otra cuestión que me hacía sentir felicidad.
Sin embargo, conforme los minutos fueron pasando, pude observar que más allá de  la libertad, y mucho más lejos que el volar acompañada de la música, se encontraban las letras...siempre habían estado ahí.
Entonces pude reflexionar y decir... lo que realmente me hace feliz y consigue que en inmensas ocasiones de tristeza, mire en positivo, simplemente es el escribir... pues una pluma o un lápiz y un papel en blanco me hacen ser libre como los pájaros, soñar con la música y sobre todo integrarme en el mundo de la fantasía y en el de los sueños...
Este es mi "yo" positivo... ¿y el vuestro? 


jueves, 4 de julio de 2013

¿Crees en el destino amiga?

El propio caminar de niñas nos puso en el lugar exacto... un lugar que con el tiempo se convertirá en simplemente algo más, pero que hoy por hoy nos hace entender el porqué de todo... y digo yo... ¿crees en el destino?

Tú ahora formas parte de mí, sin embargo, ese mínimo cacho de alma algún día dejará de pertenecerme; somos conscientes de lo que ambas sentimos, de lo que queremos llegar a ser y juntas nos esforzamos por seguir adelante... 

A pesar de ello, cada una quiere dirigir un sendero, el cual no es muy parecido el uno del otro; ni mi madurez es tan avanzada, ni tu postura infantil presenta tantos juegos de adolescente... ¿somos parecidas? 
Mi corazón diría que sí, pero mi cabeza presenta un no rotundo...

¿Es por ello por lo que debo alejarme?... 
Mi cuerpo, en inmensas ocasiones quiere retroceder y caminar lejos, donde nuestras almas no se encuentren... es que ¡somos tan distintas!... a veces, mis ojos desearían derramar lágrimas por los constantes enfrentamientos... no obstante...

¿Debo pensar en ello?... 
Prefiero no pensar... sólo sé que nuestras diferencias nos hacen ser únicas y las mejores amigas, sólo sé que aunque en ocasiones nos veamos llorar, son gotitas que en nuestros rostros se secarán cuando mostremos una simple sonrisa marcando comisuras... sólo sé que yo sí creo en el destino y por ello te tengo a mi lado... ¿y tú? 



martes, 2 de julio de 2013

Sueños rotos

Mis ojos se abrieron inesperados después del sueño; y a tientas pude encontrar la luz de mi habitación. Con prisa, mire hacia mi izquierda, pero observé que me hallaba sola y sin apenas esperarlo un gran suspiro brotó de mi interior, dando lugar a la duda y al sueño que parecía haberse hecho realidad en apenas segundos.
Mi corazón latía cada vez con más fuerzas y mi cabeza intentaba recordar todo lo que mi imaginación había producido, haciendo la vida perfecta que tanto mi ser esperaba; lástima que el sueño sea de papel y se rompa con tan solo un pequeño rayo de luz por la ventana. 
Mis manos ya no se encontraban húmedas, pues aquella tormenta de verano que en mi volar se encontraba, había dado paso al nuevo día y al brillante sol, que hizo su aparición a descaro.
Mis pies sí se encontraban descalzos pero no se hallaban llenos de barro y arañazos, pues había descansado durante el colchón toda la larga noche, en lugar de vivir aventuras a tu lado.
Mi sueño rompió la realidad una vez más y como siempre... hizo que mis ojos quisieran llorar, pero mi corazón cada vez más curado de heridas quiso continuar, y en lugar de un pequeño quejido muy dentro, dio paso al que sería el nuevo seguir en pie, construyendo el camino que de baches cada vez más difíciles se tornaba en el tiempo. 
Me levanté despacio, pues una vez más mi sueño quedaba roto, respiré hondo y posé mis piernas en el frío suelo, conforme avanzaba despacio por el estrecho pasillo dispuesta a ver un poco la televisión y evadirme.
Sin esperarlo, me quedé parada en seco, en ese momento recordé tus brazos, tus labios... ¡qué reales parecían!, te tenía en mi piel incrustada sin apenas haberte rozado, con tan solo un pequeño imaginar dormida ya te sentía dentro de mí.
La terraza se encontraba abierta de par en par y risueña me dirigí hacia ella, cual fue mi sorpresa que tus ojos verdes me miraron llenos de alegría y júbilo, te levantaste en el mismo instante y te dirigiste hacia a mí; tu olor cada vez era más característico, igual que en el sueño...

- ¿Sigo dormida? 

Pronuncié en voz alta, sin ningún tipo de reparo...
Me cogiste la cara al mismo par que sonreías despacio y con tu voz llena de dulzura pronunciaste esas palabras que tanto esperaba...

- Los sueños no siempre son mejores que la realidad. 

Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...