Mi subconsciente, una vez más, como de costumbre, me jugaba malas pasadas; y se empeñaba en hacerme creer que mis dedos no pronunciarían palabras, pues ésta no quería. A pesar de ello, mis manos movían sus extremidades queriendo, irremediablemente, expresar cada sentimiento, fluyendo como agua... transportando las ideas de la imaginación y ensoñación... al mundo del papel en blanco.
- No entiendo... ¿qué pretendes?
Me decía entre suspiros y pensamientos que iban y venían de un momento a otro y tratando de generar dudas... sin éxito...
- Yo solo pretendo que mis sueños sean reales, que imaginación se funda con la ilusión de mis sentimientos; que mis párrafos llenen con su tinta un nuevo amanecer, solo deseo con todas mis fuerzas que cada rincón de mi corazón quede impregnado en páginas por escribir... pues no hay nada más profundo... que construir tu propia historia a base de poesía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario