Pensó la niña cuando a solas se encontraba. Observaba a todos lados de su habitación y pensaba, irremediablemente, en cada uno de los sucesos que le había acontecido el día... uno de ellos... su compañía.
- ¿Cómo poder mencionar que me gusta su sonrisa en letras; que mis comisuras quedan marcadas entornando un mar de sueños cuando palabras muestra?
Reflexionó, mientras intentaba entender el significado de sus pensamientos. Al mismo tiempo que una pequeña risa, que marcaba sus rosados pómulos, le acompañaba en la acción.
- ¿Cómo admitir que una mínima brecha de ilusión se ha abierto en mi interior... ilusión que obliga a reír a carcajadas sin querer?
Y la niña, a pesar de la incertidumbre estaba feliz, daba pasos certeros y confiaba en su camino, siendo su primordial pregunta... ¿Cómo decir que me encantas?
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