domingo, 23 de junio de 2013

Amores perdidos

Mis ojos hoy lloran tu partida, y en mi ventana ya no se escuchan los pájaros piar, se marcharon con tu sonrisa, ya no volveré a verla jamás.
Mi boca grita tu nombre, pues hace tiempo que se quedó callada sin más.
La puerta ya no se abre mostrando tu presencia, y ante mis ojos atónitos no te encuentras ya, clara como el agua cristalina y fría como aquella otra del mar, así eran tus ojos penetrantes, azules y fáciles de admirar.
Tu rostro serio ya no aparece, tu mirada no se centra ya en mi caminar, parecía que navegabas a la deriva, como un barco de vela viaja en el profundo océano, dejándote observar.
Y yo ahora sostengo el aire, en mis pulmones no es oxígeno lo que entra ya, pues quietos se hallan en la penumbra, parecía que la muerte llegaba a mí sin pensar... pero mi mirada seguía siendo de miedo, tristeza, ojos fríos de hielo.
Y en este momento cuento hasta diez, paralizándose todo a mi alrededor, sintiendo como hierve mi corazón a fuego lento, no quiere la presencia de otro nuevo amor; la llamada al interior es siniestra y a la vez caprichosa, pues siente tu llegada aunque realmente no estás.
Simplemente dame tu mano en la distancia, hazte sentir en la soledad de mi andar, quiero rozar nuevamente tus dedos, sentir tu calor en la tempestad.
Ahora lo entiendo todo, y que mala suerte que siempre se muestre dicho entendimiento cuando ya el tiempo pasó, es increíble como pienso que el mundo se me cae encima por alguna situación. Ojalá que cuando pase el tiempo una sonrisa marque mi rostro una vez más, quizás porque aquello que transcurrió se vea como una simple tontería, sólo una historia más de amores perdidos. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...