miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Sentiste?

¿Sentiste como te agarré con fuerza la mano?
¿Sentiste en ese momento como mi corazón se iba con tu partida?
¿Sentiste como poco a poco mi alma se marchaba a tu lado, escapada en un suspiro cuando definitivamente te despediste de un "nosotros" con un simple "adiós"?
No hace falta que respondas, ya sé que sí, sabías con exactitud, con toda claridad que te amaba, que haría lo que fuera por estar a tu lado, incluso humillarme, arrastrarme hacia ti, como en muchas ocasiones ya había hecho.
Y eso, exactamente eso, fue lo que recibí de ti, contuviste la sonrisa, porque realmente no sentías nada, ni siquiera un pequeño nudo en la garganta por verme llorar, por verme derramar todos los sentimientos que tenía hacia ti que se escapaban con las lágrimas.
¿Mi reacción? Verte marchar, no ser capaz de moverme del lugar, no tener la voluntad para abrazarte de tal forma que te transmitiese mi dolor, mi fracaso en el amor, que sintieses como en esos momentos me sentía yo.
Muchos recuerdos guardados bajo llave dentro de mí, cerrados para siempre, como si mi cerebro se tratase de un cofre de madera en el cual se guardan las joyas más valiosas, y mi corazón como un puño cerrado, imposible de abrirse para recoger un "te quiero", para recoger amor.
Manos temblorosas, frías...ya que no llega el calor suficiente del cuerpo, porque éste se quedó vacío, sin vida, porque al fin y el cabo si el que considerabas el amor de tu vida...se va...¿qué te queda por vivir?
Por ello, no creer en el amor, por ello...no sentir.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seres mitológicos

Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...