domingo, 19 de mayo de 2013

Me cobijó entre sus brazos

- ¿Qué ocurre ahora? ¿Por qué lloras?

Me miró con cara de tristeza, la misma que yo tenía en ese momento, a pesar de que la suya se acercaba más a la preocupación por una vez más, ver mis ojos derramar lágrimas.
No contesté, pues no supe mencionar palabra en ese instante, mis labios hacían la típica muestra de una niña pequeña cuando pucheros hace, impidiéndome articular letra alguna.
Simplemente, debido a la formulación de esas preguntas, mis ojos empezaron a llorar cada vez con más fuerza y sentimiento, acto que hizo que me acercase para recibir un abrazo.
Ella vio mis intenciones y me cobijó entre sus brazos una vez más, tampoco mencionó palabra, simplemente se dedicó a consolarme, pues no sabría el porqué de la angustia en mi ser, pero sí sabía con certeza que una simple muestra de cariño y amor verdadero calmaría mis ansias, y al mismo tiempo calmaría el llanto que en esos instantes no me dejaba ser feliz.

 

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