viernes, 7 de septiembre de 2012

Yo sólo sé que te quiero

El sol ardiente entra por mi ventana, deslumbrando, y dejando a la vista todo el desorden existente que en mi habitación se encuentra, y las sábanas enredadas en mis piernas, debido al continuo movimiento mío, por el calor y el frío en la noche, dejando como resultado la cama destrozada.
Palpo a mi lado, y no lo encuentro, y abro los ojos despacio, por miedo a que la claridad me ciegue...y compruebo que realmente no se halla en el lugar, ha desaparecido, o bien, simplemente se ha despertado pronto...algo bastante raro en él.
Decido levantarme, pero antes de eso, me estiro, bostezo debido al sueño, y comienzo a andar por la habitación, esquivando la ropa que se encuentra en el suelo. Mientras voy avanzando, me puedo dar cuenta que aún sigo desnuda, por ello decido colocarme una toalla alrededor de mi cuerpo para poder seguir andando, mientras me dirijo al salón.
Cuando llego, puedo observarlo, se encuentra en la terraza, leyendo un libro, como de costumbre, pero está serio, parece haberle ocurrido algo...
- Cariño, te noto extraño, ¿te ocurre algo?
Y entonces respondió, despacio, con dulzura...
- Nena, tú y yo...¿Qué somos exactamente?
Mi mente se desvaneció, se fue lejos, recordando cada momento desde que lo conocí, pensando en cada sitio visitado junto a él, ¿qué somos exactamente?, mi cabeza seguía buscando la palabra exacta... la indicada para definir lo nuestro, pero a pesar del tiempo pensando...no encontró letra alguna...sólo mi boca pronunció lo exacto...
- Yo sólo sé que te quiero.
Sus labios mostraron una tímida sonrisa...y entonces, ante la duda, me tocó preguntar a mí...
- Y para ti, ¿qué somos nosotros?
Y con sorpresa para mí....respondió lentamente...
- Yo sólo sé que te quiero.
Nos fundimos en un beso y quedó para nosotros solos, esa frase, esa tímida caricia...esas letras...
"Yo sólo sé que te quiero".



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