domingo, 9 de septiembre de 2012

Y sólo al final, te das cuenta.

Y la abrazas con fuerza...para que no se vaya de tu vera, para que esté a tu lado eternamente, pero el corazón tiene alas, es independiente al cuerpo y si éste no quiere quedarse, no merece la pena...pero la mantienes atada a tu cuerpo, a tus besos... pero ella no siente nada, ni siquiera muestra repudio, ni desprecio...simplemente ignorancia.
Entonces ahora eres tú el que llora, ahora eres el que vocifera en la calle, desesperado, porque sabes que aunque esté amarrada a ti, realmente no te quiere, porque ya es demasiado tarde...porque por fin, ella ha decidido volar, sola, lejos de ti, hacer su vida...y sólo en ese instante, y sólo al final, te das cuenta de lo que has perdido por tu orgullo, por tu frialdad hacia ella y por no quererla como se merece, porque una mujer es mucho más que un juguete con el que pasar el rato...y sólo al final, te das cuenta.

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