jueves, 1 de agosto de 2013

Avión de papel

- Oye... ¿me haces un avión de papel?

Me dijo entre balbuceos y con su forma tan peculiar de hablar, mi sobrino de tres años.

- ¿Para qué quieres un avión de papel?

Atiné a contestar, pues no tenía ni pizca de ganas de estar distrayéndome con un simple papel de libreta de cuadros que traía entre sus manos.

- Para volar.

Me comencé a reír a carcajadas. Me preguntaba como era posible que los niños fuesen así de inocentes. 

- ¿Por qué ríes?

Una voz habló detrás de mí, era mi hermana y madre del niño que me había causado la risa. 

- Tu hijo quiere que le haga un avión de papel, para montarse en él y volar.

- ¿Y eso te causa risa?

La respuesta de mi hermana fue algo inesperada. Cogió el papel y le hizo el avión que yo segundos antes me cuestionaba el porqué hacerlo.

- Adelante piloto... el avión es todo suyo, que el vuelo sea satisfactorio.

El pequeño comenzó a reír y haciendo el sonido típico de una moto, que nada tenía que ver con el de un avión y que ni por asomo era parecido, salió corriendo a comenzar el juego. 

- Pablo ven.

Me dijo. La acompañé hacia el lugar que ella quería y sin esperarlo me guió hasta el sitio de la casa que más conocía y donde se encontraban en un rincón olvidadas las carpetas llenas de fotos cuando éramos pequeños.  
Sin siquiera vacilar cogió un álbum que tenía como nombre, "Cinco primeros años de Pablo", por lo que supuse que se trataban de fotos mías. 
Abrió la página por el sitio exacto ante la sorpresa y mi mirada atónita, pues observé que en la foto me hallaba yo con un avión de papel en las manos, igual de sonriente que mi sobrino se había marchado con anterioridad.

- No es tan absurdo volar en un avión de papel ¿verdad?

Mi hermana mencionó esta última frase con cierto aire irónico. Me dejó con la foto en mi regazo y comencé a reír, esta vez de mi mismo... es cierto que la inocencia de niño es algo realmente maravilloso, pues te permite volar en un simple avión de papel. 

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