viernes, 9 de agosto de 2013

Perfectamente imperfecta

Se encuentra sentada cabizbaja en el duro sofá de su habitación.
Piensa en cómo afrontar cada segundo que pasa, convirtiéndolo en futuro, pues para ella esas dos palabras que nombran "Carpe Diem" no tienen sentido alguno, o al menos, no en ese instante.
Juega con sus dedos y un bolígrafo, dejando sus manos de princesa envueltas en tinta negra; y a la misma vez inventa frases y melodías en el soñar.
De vez en cuando, su vista cansada se dirige hacia la ventana, pues ésta da golpes a descaro producidas por el suave viento de la calle, pero que se vuelve infierno por el ruido que provoca.
Sus rodillas chocan inexplicablemente y sus pies posados en el filo de su asiento deja entrever el filo de su tanga color negro, al igual que el de la pintura de sus uñas.
Se lleva la mano a la cabeza, pues le duele, sólo a causa del llanto; sin embargo, no puede dejar de derramar lágrimas. Esa chica que le iba todo a la perfección, en un par de segundos se desvaneció.
Observa a su alrededor con el corazón encogido, pensando al mismo tiempo en las cuestiones en las cuales ha fallado, viendo en ese momento todo negativo, no asoma siquiera una pizca de positivismo, pues éste se ha marchado con el dinero de su ilusión.
Piensa en cómo llevar a cabo la situación, mientras se muerde el labio inferior con desgana; esta vez lo hace por desesperación hacia su persona, no por atraer a alguna figura de hombre apuesto y deseado.
Dicha situación se va volviendo cada vez más gris, sólo tiene como esperanza esa fuerza que siempre le ha caracterizado y que esconde ante los demás, cómo si ésta misma fuese a salvarla de nuevo.
Ya no solo le duele el malestar del momento, ahora su pasado se funde en llanto con el ahora, dejando ver la realidad vivida en pocos años.
Su madre entra a descaro por el dormitorio, la observa, callada, mientras ella sigue evadida, pues ya bastante ha mostrado sus sentimientos, aunque éstos se destruyan cuando el minutero del reloj sigue marcando a su ritmo, la hora.
También mira decidida al frente, allí se encuentra el marco donde un mural se hallaba construido, en cambio, se ha dedicado sin saber muy bien el porqué a quitar todas aquellas fotos que marcaban hipocresía, dejando la habitación realmente desordenada.
Tiene la lengua pastosa, no se sabe si es por falta de líquido en la mañana.
Siempre se ha querido mostrar perfecta; en cambio, su imperfección la caracteriza demasiado, siendo ante todos perfecta y ante ella misma imperfecta; de ahí su calificativo "Perfectamente Imperfecta". 

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