Y acaba de aparecer, risueña... pero sigue teniendo los nervios a flor de piel, los mismos que le recomen por dentro, quitando el apetito, parando al ensueño de ilusiones llamado corazón.
A pesar de las ganas por conocer, el deseo por recuperar el tiempo perdido y las ansias que, por momentos, le hacen pensar si dar un paso hacia adelante...sigue ensimismada en que pronto una nube gris se posará en ese cielo tan despejado que ahora se encuentra y que acabará con el sueño convirtiéndose en pesadilla.
Lleva su ropa ancha que, en ocasiones sí la caracteriza para ocultar su típica delgadez, pero que en ocasiones aborrece, cambiándola por pitillos vaqueros y alguna camisa que deja a descubierto esos pechos que ya empiezan a coger su forma.
Unos días, muestra una sonrisa picarona conforme se contonea por el instituto, pero hoy anda cabizbaja, sin saber muy bien porqué, pues un sentimiento que acaba de conocer le rodea la mente... ahora el corazón le late a un ritmo desenfrenado cuando él cruza el pasillo y pasa por la puerta de su clase, guiñándole un ojo, pero en muchas otras ocasiones ignorando su presencia... ¿Por qué será que sólo recibe una de cal y otra de arena?, se pregunta...
Y es que el sentir adolescente es tan bonito, pero a veces, tan raro.
domingo, 14 de abril de 2013
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