Se amaron... como dos adolescentes que nunca habían saciado su sed en los gemidos de pasión, como dos niños que creían haber encontrado ese tal llamado amor verdadero.
Se amaron sin escrúpulos; desnudaron esos cuerpos incastos ante la presencia de sus propios ojos casi desconocidos para ellos mismos y se ofrecieron el uno al otro sin ningún tipo de pudor.
Se amaron como lo hacen los cobardes... a escondidas, entre las tinieblas de aquel dormitorio y esa cama sin hacer, donde ella ya había derramado mil fantasías en sus sueños, fantasías no carnales... fantasías sin nadie, sin él.
Se amaron entre sábanas manchadas de su sudor y llenaron el espacio de caricias que deseaban encontrar su vía de escape... hallar su propio aire. Contagiaron su placer en noche de madrugada y la respiración agitada entre ellos fue la auténtica dueña de sus movimientos.
Se amaron como tiempo atrás amaron a otras personas; se amaron esperando a que el minutero del reloj fluyese al mismo son que los latidos de ambos corazones lo hacían... rápido y sin pausa.
Se amaron desesperados, pecando en el querer y traicionando a los sentimientos de enamorados. Se amaron como los animales aman... sin renunciar a sus principios y envueltos en el sonido de su alrededor... el sonido del somier y de sus suspiros.
Se amaron como si no hubiese mañana, como si su primera vez hubiese vuelto... con una única diferencia... pues ellos se amaron sin amarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario