lunes, 3 de agosto de 2015

Es así, todos lloramos. Sí, - sé lo que estás pensando -, a veces lo hacemos sin razón. Quizás sea nuestra madurez, que en algunas ocasiones abandona nuestro cuerpo y viaja hacia atrás, hacia aquella época en la que solo sabíamos gatear, en la que balbuceábamos cosas sin sentido.

A menudo nos preguntamos qué significado tienen esas lágrimas, - ¿rabia?, ¿dolor?, ¿tristeza?, ¿alegría? - el ser humano es el animal más proclive a llorar y no saber por qué.

 - ¿Será la melancolía? - , sí o no, tal vez solo ausencia, ¿qué piensas? - ¿lloras por soledad o por agobio?-. No te sabría decir con exactitud, yo también soy humana. 

Lloramos, pero en nuestra cabeza queda el recuerdo de esa frase:

 - ¡Tienes que ser fuerte! - decían. 

Lo repetían tantas veces que esa palabra se convertía en una utopía, algo inalcanzable pero muy presente en nuestro día a día. A pesar de ello, lloramos; creo que lo hacemos porque es una forma de mostrar esa fuerza interior que nos caracteriza - No quién más llora es más débil - . 

A veces lloramos, sí - sé lo que estás pensando -, no solo tú has llorado sin razón.


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