domingo, 5 de julio de 2015

Recuérdamelo tú

No recuerdo con exactitud, en cambio sé que el tic tac sonaba demasiado fuerte. Aquel gran reloj de madera parecía querer estallar de un momento a otro y tú a mi lado, dormías plácidamente.
El aire fresco entraba por la puerta abierta de par en par, el frío se apoderaba poco a poco de mis arterias, pero tú, a mi lado, seguías dormido y respirabas con tranquilidad.
La habitación contigua al dormitorio estaba apoderada de un sentir extraño, solo incorporarme, dar unos pasos hacia adelante y sabría con certeza qué fantasma se encontraba allí tomando café en el descansillo de esa gran mansión. ¿Encantada?, no lo sé, no consigo recordar.
El miedo era el protagonista en la escena, solo necesitaba una máscara para formar parte de la acción y entre cortinas poder susurrar tu nombre. A ti, que perseverante, dormías a mi vera.
Sentada a tu lado podía comprobar tu calma, incluso puedo decir que quizás me atreví a rozarte, sin embargo, el ruido de ese reloj me provocaba estupor y hacía que mis vellos se erizaran. No sé por qué, nunca había vivido tal sensación hasta ese mismo instante.
Te besé despacio para no molestarte y cuando abriste los ojos yo ya no estaba allí. Sí, me fui con el sonido del reloj, me fui distraída queriendo ser la única protagonista de tu película; me fui entre las llamas que componían tu ira y simplemente sería yo aquel fantasma que tranquila tomaba café en el descansillo de esa gran mansión. ¿Encantada?... Ahora sí.
A pesar de todo no recuerdo con exactitud como ocurrió... ¿entiendes? Recuérdamelo tú.


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