Querido alguien; permite que te dedique unas palabras. Es cierto, quizás sean demasiado románticas, pero mis oídos necesitaban embriagarse de ellas y no sé, tengo esa vaga sensación de que tú también.
Parece ridículo, sí; es irónico nombrarte entre líneas que antes me pertenecían solo a mi, a mi y a mis sentimientos. Sin embargo, mírame, aquí estoy entre un tú y yo dedicándote mis mejores estrofas, mis mejores versos y aquel te quiero susurrado al aire.
Tal vez resulte precipitado lanzarme al vacío de tus besos, en cambio, no tengo miedo a caer; llevo en mí la confianza, pues sé que tú estarás al fondo, justo en el momento exacto y en el lugar indicado para sostenerme.
Me deslizo en la profundidad de tu mirada y me introduzco en ese mismo abismo que ahora, por arte de magia, ya no es de color gris; pues tus ojos verdes iluminan mi sendero. No hace falta linternas ni un guía, solo abrázame como hasta ahora lo has hecho y encontraré el camino correcto.
Puede ser que esto que escribo parezca sacado de un libro o de una novela sin terminar, sin embargo, mis manos lanzan al viento el pentagrama de corcheas que dibuja tu nombre y que lo trae despacio a mi vera. Es bonito, sí, es bonito comprobar que soy un alguien, como tú, tras tus caricias.
Mi querido alguien... estas palabras son solo para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario