lunes, 3 de noviembre de 2014

En su habitación

En esa habitación ocurre una pena, la pena de la melancolía, la pena que provoca esa.. su soledad. Esa soledad amiga y compañera, guardiana de sus secretos, confidente de sus temores y mejor diario del tiempo. 

En esa habitación le aguarda un temor, el temor de la nostalgia, el mismo temor que le provoca el desconcierto; desconcierto que le espera tras ese cristal por el que se ve reflejada... ese cristal que da paso a la calle encharcada del agua de lluvia, esa misma calle en la que horas antes tan solo se encontraba escarcha rociada por los coches y el bordillo de las aceras.

En esa habitación le espera ese te quiero, escuchado tras un susurro en su almohada, escuchado tras un pequeño silbido pasajero, un simple canto de jilguero que en la mañana se halla posado en el borde del balcón. 

En esa, su habitación callada, ella se encuentra cobijada entre las sábanas, esas mismas sábanas que huelen a él, a sus suspiros y a sus abrazos. En esa, su habitación sin nombre, ella está arropada, abrazando esos peluches que son tan suyos pero que se hallan tan lejos y que no le proporcionan el calor necesario. 

En esa, su habitación fría y escondida de las tinieblas, se encuentra ella escribiéndole una carta, esperando su contestación... esperando su contestación aunque ni siquiera a él se la ha enviado.






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