viernes, 4 de octubre de 2013

¿Dónde estás ahora?

Querida compañera y amiga en la eternidad;

Te preguntarás la causa de mis palabras dirigidas a tu persona y es que el otro día te pude ver pasar por mi calle en una dirección concreta, pues observé que tus pasos no eran dubitativos, sino que, por el contrario, casi intentaban huir.

Supongo que no te percataste de mi presencia, ya que desde mi ventana te divisaba en completo silencio, sobre todo, para no molestarte.

Justo en dicho instante, volví mi cara hacia atrás y en la mesita de noche se hallaba una foto enmarcada con tu sonrisa, también tus ojos transmitían esa felicidad que siempre en tu ser imperaba y acto seguido llevó a provocarme un pequeño gesto de satisfacción. Gesto que se borró al comprobar que sólo en marco te hallabas; lástima que hubiese sido un pequeño recuerdo lo que me llevó a ser feliz una vez más al observarte y rememorar instantes pasados a tu vera y en tu compañía.

Simplemente ya sabes que yo estaba ahí cuando más lo necesitabas y cuando nadie más lo estaba... ¿y tú?... ¿dónde estás ahora que mi alma se encuentra escondida entre escombros tras mi corazón debido a que tú no estás a mi vera?... 

No quiero que te sientas mal, pero ya mi alma llora porque te echa de menos y mis manos me hablan en soledad cuando recuerdan nuestros abrazos.









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