y yo, tan sólo, puedo divisar a lo lejos una pequeña silueta que se va acercando muy lentamente...
es parecida al contorno de un pequeño ser...
y sin esperarlo, apenas girando la cara unos pequeños centímetros y volviendo la vista al mismo lugar... observé que ya no se hallaba...
Víctima del miedo decidí no avanzar... pero a pesar de que mi corazón latía con más y más fuerza deseando salir de aquel lugar... mi curiosidad procedente de la cabeza movía mis pies contra la fuerza de mi voluntad...
Mis dedos descalzos empezaban a arder debido al propio frío de la noche... y cuantos más pasos daba... más retrocedía mis pensamientos... hacia un momento menos incómodo, hacia un lugar menos amargo... hacia mi hogar...
El calor que comenzaba por mis piernas y llegaba hasta lo más profundo de mi ser... me recordaban a un momento crucial en mi vida... el fuego... me hacían pensar en aquellas llamas... en ese humo negro y desolador... en esos gritos que ahora iban de un lado a otro de mi mente, sin poder escapar de ahí...
Cuando llegué al lugar del cual procedía esa silueta, por fin me pude dar cuenta, una pequeña niña, un pequeño peluche de algodón... unos zapatos destrozados debido al cálido clima de aquella tarde... y sobre todo una mirada llena de tristeza...
Una niña que me recordaba a mí... y que con un poco más de esfuerzo pude comprobar que se trataba de mí...
Vi esa mirada...esos ojos penetrantes... y esa cara destrozada debido al llanto... pude observar el fuego en sus entrañas... en sus ropas resquebrajadas... y en su muñeco echo trizas... y pude ver la tristeza de la pérdida de mis padres...mi hogar...
En ese momento, abrí los ojos, observé a mi alrededor, me encontraba en mi cama... tan sólo había sido un sueño, el mismo de todas las noches desde el desastre...el mismo de todos los días desde lo ocurrido... el mismo sueño buscando algo que echaba de menos, buscando, esperando, mi hogar.
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