En uno de los tantos caminos que te marca la vida, tuve la suerte de toparme con un pequeño reloj de pulsera, el cual siempre daba la misma hora, a cada instante, a cada minuto, y por más pilas que les pusiese, jamás cambiaba.
Hubo un momento en el cual decidí tirar ese reloj ya que me cansé, pero me dí cuenta a tiempo de que esa hora cambió y que por un preciso instante el minutero comenzó a moverse, y conforme iba pasando el tiempo esa hora iba significando algo más.
Observé que ahora cuanto más cuerda le daba a ese reloj, más me afectaba, y cada vez más se iba acercando a la hora exacta, por tanto, no podía dejar de mirarlo.
Por un momento llegué a pensar que era obsesión.. poco después me dije a mi misma ¡no!
Supe lo que fue cuando iba pasando poco a poco el tiempo, ese reloj ya formaba parte de mi vida, me guiaba en cada rincón por el que iba, sin dejar que me despistase ni tropezase y que en todo momento estaba ahí para darme la hora exacta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seres mitológicos
Estoy sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. En el sofá está mi hermano, dormido. Todo está en silencio; él ha llegado de trabajar ...
-
http://issuu.com/virginiaespinosa0/docs/mu__eca_de_papel._cap__tulo_cinco.d
-
Corazón... ¿sigues ahí? Ya casi nunca oigo tus latidos, creo que se han quedado parados por miedo, se hallan callados por temor a hablar m...
-
- ¿Qué ha sido ese ruido? - No estaba solo, su gran gato persa se había adentrado en su habitación y vigilaba con impaciencia la venta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario