Un día muy inesperado, hallé en mi camino un libro, el cual se abrió ante mis pies, y me mostró el principio de un pequeño sendero, y sin saber muy bien el porqué, decidí hacerle caso y seguirlo, poco a poco, con el paso del tiempo, se evidenciaba que ese sendero cada vez se hacía más y más largo, hasta llegar el punto, de no encontrarle ningún fin....al principio, cuando esto empezaba a ocurrir, me dio miedo... y me formulé una pregunta ¿realmente este libro es tan fuerte como para permanecer a mi lado siempre que lo necesite, mostrándome a su vera, caminos, consejos, experiencias y enseñanzas que quizás yo aún no había vivido?... después de mucho reflexionar, encontré una respuesta.... y es que sólo hacía falta mirar en la última página del libro y encontrar en ella, esas manos que me abrazaban cada vez que falta me hacía o de menos me echaba, esos oídos que siempre me escuchaban me encontrase en el lugar que estuviese, esa boca que siempre me mostraba palabras que me hacían reflexionar, y esos ojos que me miraba con extrañeza o alegría dependiendo de la situación que me encontrase..., por lo tanto decidí guardar en mi corazón ese libro para siempre.
jueves, 3 de mayo de 2012
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