miércoles, 7 de junio de 2017

Amuleto



Su madre le regaló un diario en su decimosexto cumpleaños, una pequeña llave que abriría la puerta de su corazón y unas páginas en blanco para contar su historia.


Alba nunca escribió y la llave la colgó de su cuello con una cuerda. Para ella este objeto no tenía el significado que todos imaginaban. Con ésta podría acceder a cualquier lugar que se propusiera. 


Pasaron los años, muchas ventanas de su mundo aún no habían sido abiertas; debido a ello guardó en una mochila algo de dinero, comida para el camino y una cámara de fotos. Fue una decisión que nadie había tomado por ella.


Desde que se fue de casa, cada despertar, aparecía en su memoria la frase de su abuela:


-     - Siempre que puedas, duerme una hora más.


Reía, bostezaba y empezaba un nuevo día.


Encontró en sitios inesperados una puerta hacia la libertad, palpó con sus manos la verdad. No era necesario plasmar en sus redes sociales lo que vivía, ser feliz la mantenía muy ocupada para hacerlo.


Trabajos fugaces, lazos pasajeros, sexo desmedido y carreras sin meta. Alguna mirada cómplice entre la multitud le recordaba que su hogar podía ser cualquiera.


Un buen día, aquel hotel no le pareció de cinco estrellas como de costumbre, su amanecer fue diferente; era hora de volver.


Arropó con cariño el amuleto que colgaba de su cuello, se vistió con prisa y cogió el primer vuelo de regreso. Había llegado muy lejos y la mochila se había transformado en un par de maletas.


Ella tenía claro que regresar no era vuelta a la rutina; siempre podía volver a marcharse.


Resultado de imagen de llave y colgante

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