sábado, 30 de enero de 2016

Imagina

Llueve y tras la ventana yo observo. Es algo insignificante pero me encanta comprobar el cielo tiznado de negro y ver las calles vacías. Solo se puede divisar a lo lejos un paraguas a toda prisa intentando refugiarse del agua. 

Es curioso escuchar ese sonido y sentirte a salvo escondida en algun lugar, allí donde piensas que jamás rozará una gota de ese torrencial que acontece la gran ciudad. Sonríes y al mismo tiempo pestañeas rápido cuando un rayo ilumina toda la calle; sientes miedo pero es una gran escena para plasmarla en uno de tus libros, ¿no crees?

Imaginátelo solo por unos segundos, tú, allí, en esa gran avenida, con un simple gorro que cubre tu cabello, un móvil empapado que ya no funciona y unas llaves que por arte de magia han desaparecido. Imagina un ruido extraño a tu alrededor, como un cliqueo que murmura en tu oído pero que no sabes exactamente de donde proviene. Contempla tu soledad no tan cierta y echa a correr lo más rápido que tus finas piernas te lo permiten y tropieza. Cubierta de barro permítenos observar una silueta que poco a poco a ti se acerca y con  un grito espeluznante déjanos imaginar el final de la historia.

Llueve y tras la ventana yo escribo. Es algo insignificante pero me encanta imaginarte empapada huyendo de un extraño susurro, de mis letras que van al compás de tus pisadas y ¿es verdad que solo llueve?

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