martes, 24 de noviembre de 2015

En la parada...

Ella estaba sentada en la misma parada y parecía que esperaba el mismo autobús. Los sentimientos empezaban a aflorar y en la distancia del tiempo podía recordar a esos pequeñajos con mochilas diminutas para ir al colegio, a esas personas mayores que a tientas intentaban sentarse a su lado y sobre todo ese tímido murmullo en las mañanas que decía una frase - nos vemos luego - ; era esa pareja que tras besos marchaban. 

Sin saber por qué, siguió el rastro de unos dedos posados en el cristal y pensó que, tal vez, era esa mejor amiga que enamorada de la vida iba dejando huella por donde pasaba, - un corazón dibujado - sonrió, - ¿sería de ella? -. 

Miró de reojo a su alrededor, en esa ocasión estaba sola; no había personas en la misma parada, todo había cambiado, demasiado. Otra sonrisa se escapó de su rostro, al mismo tiempo que dos lágrimas brotaron... lloraba de felicidad, pero era una felicidad confundida con nostalgia. - El tiempo no perdona los recuerdos - murmuró. 

Ella siguió allí como ese primer día impaciente esperaba el autobús; inicio de un nuevo comienzo, una nueva vida. 

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