Me gusta la noche serena... aquella en la que tú, al igual que la luna, me regalabais los más hermosos versos; estrofas que me sabían a tí... a tu silueta y a tu característico aroma. Aquella noche mansa en la que estrellas tintineaban en el cielo, buscando un hueco hasta el amanecer; esa noche es la que deseo.
Hasta ahora no he sido consciente de lo que concierte observarlas sin tu calor, y es que quizás me quedé con ganas de más, tal vez sea eso la causa de mi dolor y aquello que realmente me atormenta... y no porque te quiera es por lo que me hallo así.
Sin más remedio, en esta noche serena, diviso tu sentir, observo a ras del suelo cada palabra dedicada en el viento, cada suspiro lanzado al aire y cada expectativa rozada de silencio...
Esta noche serena me apacigua y al mismo tiempo me gusta, porque aunque no estés conmigo, irremediablemente... me recuerda a tí.
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