Por un momento pensé que era fruto de mi imaginación y que, irremediablemente, mi cabeza junto a mi recuerdo volvía a hacer de las suyas... sin embargo, en esa ocasión me equivocaba.
Ahí estaba él, anclado en palabras, tras un auricular telefónico que le hablaba en susurro, pero que me hacía comprobar que aún ella estaba a su lado, haciéndole la compañía que tiempo atrás yo dejé de otorgarle, no por fuerza de querer, sino más bien por el dolor de la insignificancia...
Recordé, por un diminuto instante, sus dedos apuntando hacia el letrero que se encontraba un poco más arriba de su cabeza... aquel que indicaba el número del piso en el cual nos hallábamos...
"Primero"... ponía; y como tal se quedó clavado en mi pecho, muy dentro de mis sentimientos, muy lleno de significado... En cambio, ese primero quedó divulgado en cenizas, arrebatando mis sueños y mi ilusión de niña.
A pesar de todo, una parte de mi vida es suya y por siempre lo será... mencioné entre imaginaciones de mi ensoñación... muy a mi sufrimiento de idiota ilusa; pues aquella sombra que dormía entre mis sábanas, siendo el primero que abrió el camino de todo y del cual únicamente estuve enamorada... ahora se dedicaba a observarme con ojos claros de reojo.... como si jamás hubiera formado parte de sus besos, de sus caricias, de sus sentimientos... como si él jamás hubiese pertenecido a mi cama... y definitivamente, como si nunca hubiera formado una corta pero intensa parte de mi alocada vida.
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