Te parecerá extraño oírme decir esto, pero aún lo recuerdo, aún siento en mi piel sus besos y en mi ser sus caricias...es cierto, aún no lo he podido olvidar, sus ojos se quedaron clavados en mi alma, y mi corazón en su caminar.
Mis manos siguen impregnadas de su dulce aroma y mi pelo alborotado vuelve a estar, ya que sus dedos, en mis sueños, se entretuvieron en volverlo a enredar...todavía siento su latir en mi pecho, aún tengo su suspiro al despertar, y presiento su voz en el aire, cuando las buenas noches da.
Su eco me sabe a rosas, sus ojos como luceros aún puedo hallar, iluminan mi camino en la noche, aunque cerca mía no está.
Echo de menos sus caricias olor a miel, a su pelo, a su ser,a su alma...
Sí, lo quiero a él.
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