Puede decirse que pasaron dos horas desde que decidí comenzar a estudiar en ese día, pero después de la caja tonta, mi vista se fue a un libro mucho más interesante de aquel que sostenía en mis manos, y no pude evitar la tentación de leer un rato.
Una vez inmersa en el mundo mágico de la lectura, pasa lo que siempre ocurre cuando te dan a elegir entre estudiar o seguir leyendo una historia que tanto te gusta, y te pasas las horas muertas intentando descifrar el enigma que esconde, a pesar de que si lo dejas para más tarde, la historia seguirá ahí, impresa en papel... impresa en sueño.
Te cuestionas, despacio, escuchando perfectamente cada uno de tus pensamientos, porque un cuento inventado por alguna persona entretiene tanto y te evade de lo que realmente deberías realizar.
Y es tan sencillo... existen muchos dones y muchas habilidades que hacen a las personas mágicas en un mundo de miseria, en un mundo de engaño y falsedad... el don de escribir, el don de hacer feliz. Será que no conozco mejor forma para desconectar, será que no aprecio otra diferencia de expresar...será porque una persona al escribir expresa realmente los pensamientos de todos aquellos que no se atreven a mostrar y por ello se evaden con el don de la lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario