Pues en cada parche dibujado con algodones en cada recoveco de mi palpitar, existe un beso escondido, que, sin esperarlo, se volvió pesadilla, se tornó a engaño, y me llevó al fracaso.
Pues el desorden existente en el diario rojo de mi pecho, muestra cada abrazo que sin importancia quedó cuando me vi envuelta en desengaño.
Sin querer, cada vez existen más arrugas en mi ser, mostrando la experiencia del dolor, la experiencia del no querer.
Y es que tengo miedo, temor a perder.
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