un vacío quemado al fuego latir,
manchadas de delicadeza logran,
son sus letras las que hacían sentir.
Algunas escalas en llanto suenan,
la tinta del folio quería pedir,
esas voces y miradas lo queman,
van avanzado para hacernos sufrir.
Pues reflejados en versos y en letras,
alcanzan ese verdadero llorar,
esas mis lágrimas de corcho blanco.
Ya no desean mirar hacia atrás,
no quieras en párrafos jamás temblar,
pues en libro nuestra historia marco.
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