Pero, cuando mis nietos, esas personitas diminutas se dirigieron a mi persona, preguntándome que había estudiado, que había hecho de pequeña y que cuestiones me gustaban...decidí retroceder e investigando la encontré.
Esos lápices de colores fueron admirados por ellos, y a pesar de las miles de cuestiones que me lanzaron mientras pasaba con un paño mojado aquellos recuerdos para poder verlos mejor y que oliesen a pasado, yo me sumergí en el recuerdo y las memorias, de golpe, volvieron a mí.
Recordé cada uno de los dibujos realizados cuando joven era, lo que para mí aquellos colores habían significado y cada una de las personas con las que había compartido mi dibujar.
Entonces, orgullosa, les dije a mis nietos...simplemente, esto es lo que me define, esta caja de colores soy yo.
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