Retumba en mi cabeza los besos que no le ofrezco y me ruborizo ante la vaga idea de adentrarme en ellos.
Me dicen loca, pues me quedo anonadada ante la claridad de sus ojos de lobo hambriento y me estremezco en el bosque a su vera.
Me dicen loca, ya que me rindo al ritmo de sus aullidos, pues a pesar del espanto que produce en todos, a mi me lleva, misteriosamente, a la serenidad.
Vagamos en la distancia; a lomos de él me deslizo en la conmovedora presencia de su correr y con su culminante belleza me hace viajar al mundo de los sueños.
Me dicen loca por estar enamorada de un lobo... pero... ¿a mí qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario