aunque tus caricias marquen el compás,
pues cuando tu pelo y cuerpo palpo,
juegas a las cartas y sacas un as.
Tomas mis dudas como pasatiempo,
mis caderas te llevan a querer más,
ser yo la que tus actos anticipo,
y me ganas la partida una vez más.
Como juguete tratas a descaro,
mis manos usas como marioneta,
al igual que tus ojos me hechizan.
Yo ahora me encuentro en un agujero,
mientras tú quieres hacer de mí una apuesta,
y siento tus ojos, los que me miran.

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