Volar en libertad, sintiendo como la suave brisa roza cada una de sus plumas, pero sin impedirle avanzar.
Quisiera poder volar como cual gaviota lo hace, dejándose llevar por el instinto y recordando siempre el camino de vuelta por si desea regresar, investigar la costa, sobrevolar amaneceres y atardeceres en aquel lugar, visitar paisajes distintos, enamorarse de la mar.
Posarse en el mástil de algún barco que ande perdido en el gran mundo azul, y al igual que cual paloma le guíe el camino a tierra firme una vez más.
Perderse con la luz del gran faro, que hace visible su llegada al hogar, con uno de los intentos a alzarse y conocer de nuevo el lugar... y una vez más entre nubes y olor a sal poder decir... ya estoy, pero no muy tarde...echaré otra vez a volar.
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