De igual manera, sus párpados se hallan agachados, dejando a la vista un semblante serio y lleno de tristeza.
Sus labios, esos que en toda ocasión marcan una sonrisa, se hallan en este instante grabados en una fina línea, que en todo momento parece irradiar tensión.
A pesar de ello, las personas que a su lado caminan, ni siquiera se percatan de su presencia, es como si nunca hubiera estado allí.
Parece que hoy no es un día del todo especial, en cambio, hace ya un año que ocurrió... y con claveles blancos como las nubes que habitaban el cielo en ese mismo minuto, se envolvió en la agonía... pues en fantasma se convirtió y como espíritu vagaba entre sombras, al igual que cuando estaba viva hacía y siempre antes del amanecer.
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